En tiempos de pandemia familias velan seres queridos solos

• Duelo en tiempos de COVID-19. Despedir a un ser querido sin velatorio ni funeral.
• Cuando un ser querido muere, el poder darle un último adiós significa todo.

Los muertos no pueden ser enterrados en sus trajes finos y preferidos

El coronavirus le ha robado la oportunidad de darle el último adiós a sus seres queridos en República Dominicana y otros países del mundo. En caso de no haber fallecido a causa de la enfermedad se ven obligados a velar a sus familiares solos sin la compañía de vecinos y amigos, ya que no se permite la aglomeración de personas.

"Siempre me pareció tan feo tener que velar a un familiar sin el apoyo de tus vecinos que vengan a acompañarte en un momento tan doloroso de la vida que todos debemos enfrentar en la vida, lo que nunca pensé es que nos veríamos en la obligación de que así fuera". fueron las palabras de Francisca Gomez mientras velaba a su hijo junto a una pequeña parte de la familia.

Algunas familias primero tienen que aislarse de sus seres queridos antes de morir por tener el virus y luego no los vuelven a ver más ni se les permite sepultarlos y darles una despedida final. 

Muchas víctimas de COVID-19 están muriendo en aislamiento, hospitalizados sin la compañía de familia ni amigos. Las visitas están prohibidas por el alto riesgo de contagio.

Aunque las autoridades aseguran que el virus no puede transmitirse póstumamente, todavía puede sobrevivir en la ropa durante unas horas, eso quiere decir que los cuerpos se almacenan herméticamente de forma inmediata.

Los muertos no pueden ser enterrados en sus trajes finos y preferidos, en su lugar se quedan con la lúgubre e impersonal bata de hospital.

En otras naciones tales como Ecuador, Costa Rica e Italia enfrentan el drama de no tener en donde enterrar a sus muertos.

En varios países donde la tasa de decesos es muy elevada, no tienen donde enterrar a a sus fallecidos viéndose obligados a permanecer con ellos en casa sin poder ponerles la mano.

"Mi tío murió el 28 de marzo y nadie viene a ayudarnos, los hospitales le decían que no tenían camillas y falleció en casa, nosotros llamamos al 911 y nos pidieron paciencia. El cuerpo sigue ahí en la cama donde falleció, porque nadie lo puede tocar ni nada de esas cosas", cuenta Jésica Castañeda, sobrina de un muerto por coronavirus en ecuador.

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